Los biólogos dicen que en presencia de una supuesta amenaza, entramos en modo luchar-o-huir, lo que detona una reacción que se inicia en los centros de temor del cerebro y termina con los músculos llenos de sangre y oxígeno, preparados para dar batalla o para escapar. Si esto es lo que experimenta, no se preocupe. Incluso algunos de los mejores artistas sufrieron los síntomas del miedo escénico extremo.
Por más pánico que pueda provocarnos pensar en una presentación frente a un grupo, se trate de un discurso ante cientos de personas, una presentación de negocios, una entrevista de trabajo o un informe en una reunión, nuestra carrera puede depender de hacerlo bien. Entonces, ¿cómo podemos mejorar nuestra presentación?
Las siguientes son ocho maneras de ayudarse a transmitir sus ideas de modo convincente y persuasivo en cualquier situación en la que deba hablar en público.
La práctica es clave para dominar cualquier capacidad. Un gran discurso debe parecer que se pronuncia sin esfuerzo, incluso espontáneo.
Como todas las grandes canciones que nunca olvidaremos, su discurso debe terner un gran gancgho. Considere las charlas TED más vistas. En los primeros dos minutos el orador lanza su gran idea. Los estudios muestran que el ritmo cardíaco del público comienza a bajar cuando el que orador pisa el escenario.
David Hume, que escribía discursos para cuatro presidentes, lo llama la "demora estratégica", que "agrega peso y sabiduría" a la percepción del público. Si bien es poco probable que alguien torture a sus colegas con 60 segundos de silencio, la pausa hábil puede ser igualmente efectiva en una venta, reunión o negociación.
Cuando Ronald Reagan dijo: "Aprendí la regla fundamental de la oratoria: sea en la radio, la televisión o con un público en vivo, hable a la gente, no desde arriba o a través de la gente. Use las palabras normales de todos los días.
Así como una historia tiene un arco narrativo, una presentación tiene una estructura que puede llevar al público a aceptar una idea. Ese contraste entre lo que es y lo que podría ser crea tensión en la mente del público. Y esa tensión hace que el público se adelante más rápido hacia lo que podría darse en el futuro si se adoptara su idea.
El movimiento despierta el sistema nervioso central. Nuestros ojos siguen el movimiento cuando usted se mueve en el escenario el público no puede evitar mirarlo. En cambio, cuando se detiene, la repentina ausencia de movimiento es algo que impacta y crea énfasis. Organice su charla como un actor que aprovecha el espacio.
Martin McDermott, autor de Hable con coraje, advierte que la gente con experiencia escénica comúnmente habla en público con más naturalidad. Muchos otros gurúes de la oratoria recomiendan clases de improvisación para aguzar su capacidad de pensar frente a un público.
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